TERMINOS RELACIONADOS CON LAS GLOMERULONEFRITIS:
- Síndrome nefrítico
- Anticuerpos anti-membrana basal glomerular
- Glomeruloesclerosis
- Proteinuria en rango nefrótico
- Glomerulonefritis secundarias
- Edemas
SU NEFROLOGO LE DEBERA INFORMAR DE LA POSIBLE EVOLUCION DE SU GLOMERULONEFRITIS
NEFROPATIA POR CAMBIOS MINIMOS
Suelen responder en poco tiempo (pocas semanas) desapareciendo la proteinuria: se dice que entran en remisión completa. El tratamiento suele durar 8-12 semanas.
Al suspender la medicación un pequeño porcentaje puede reaparecer la proteinuria obligando a reiniciar el tratamiento y retirarlo más lentamente.
A veces se vuelve dependiente del tratamiento y obliga a asociar medicaciones para mantener sin nuevos brotes durante meses.
No suelen deteriorar la función renal a largo plazo y en ese sentido tienen buen pronóstico.
GLOMERULONEFRITIS ASOCIADAS A VASCULITIS
Las vasculitis son enfermedades que inflaman los vasos del organismo (piel, ojos, pulmones, mucosa nasal, articulaciones...) y pueden dañar también a los riñones. La lesión glomerular, de arterias y vénulas renales puede presentarse antes que dañen a otro órgano o a veces aparecen las lesiones como "en oleadas": primero daña a la piel y se cura; luego a los pulmonres, y se curan; luego a la mucosa nasal y se cura, o a los ojos y se cura... y un día ataca el riñón.
El tratamiento suele ser con medicación inmunosupresora muy potente y durante muchos meses inicialmente, y luego suele realizarse un tratamiento de mantenimiento durante a veces años, reduciendo la dosis progresivamente si la actividad de la enfermedad se encuentra "apagada".
A veces, se acompañan de sangrado de los pulmones (hemorragia pulmonar) y obliga a realizar un "lavado de la sangre" (plasmaféresis) para eliminar todas las sustancias que están atacando a los pulmones y también al riñón. Es tarea del nefrólogo el realizar la plasmaféresis.
Con el tiempo y con el tratamiento la actividad de estas enfermedades suelen ceder. Pero en algunos pacientes puede reaparecer (un nuevo brote) por lo que se deben realizar revisiones cada cierto tiempo aunque la enfermedad haya desaparecido.
GLOMERULONEFRITIS LÚPICA
En el lupus eritematoso sistémico puede afectarse el riñón con aparición de proteinuria, hipertensión arterial y edemas en las piernas, lo que es causado por una glomerulonefritis lúpica. El tratamiento requiere habitualmente el uso de corticoides (prednisona o metilprednisolona) asociado a un inmunosupesor, fundamentalmente ciclofosfamida o micofenolato. En una frecuencia importante de casos esto permitirá controlar la afectación renal, permitiendo reducir la proteinuria, mejorar la función renal, reducir los edemas, ayudar a controlar la hipertensión arterial y de paso también mejorarán algunos síntomas extrarrenales del lupus. El tratamiento con frecuencia dura varios años y será reducido progresivamente a medida que se observe que la actividad del lupus va disminuyendo y no hay rebrotes. Con ello se logra controlar el daño renal y permitir que la función renal se conserve. En algunos casos se podrá llegar a retirar la medicación por completo cuando se vea que no hay actividad lúpica (ausencia de proteinuria y microhematuria, complemento normal, anti-DNA negativo...).
Es precisa la biopsia renal en el lupus para catalogar correctamente el tipo de glomerulonefritis y planificar así el tipo de tratamiento a instaurar.
Con cierta frecuencia será preciso cambiar el tratamiento instaurado para intentar siempre frenar la proteinuria al máximo, pudiendo emplearse muchos fármacos dependiendo de las circunstancias del paciente (azatioprina, ciclosporina, tacrolimus, rituximab...).
NEFROPATIA MESANGIAL IgA
Suelen evolucionar muy lentamente, con proteinuria que se descubre por casualidad o por hematuria (a veces en brotes). Con frecuencia cursan con hipertensión arterial..
Algunas remiten espontáneamente sin dejar proteinuria residual. Otras mantienen una cantidad pequeña de proteinuria sin provocar insuficiencia renal.
A veces con los años algunos casos evolucionan dando insuficiencia renal crónica, sobre todo si ya existía cuando se descubrió, si tiene pérdida importante de proteínas en la orina o si han tenido hipertensión no controlada.
Si existe proteinuria se debe intentar tratamiento para reducir la proteinuria al mínimo, aunque haya algunos datos de que son lesiones crónicas.
En raros casos se descubren con mucha hipertensión arterial y evolucionan muy rápido necesitando diálisis.
GLOMERULONEFRITIS ASOCIADAS A INFECCIONES.
Van unidas a la evolución de la infección que las ha provocado. Cuando la infección cura, las lesiones renales suelen curar y evolucionar hacia la casi recuperación completa.
Por ejemplo, en las glomerulonefritis que aparecen tras una amigdalitis por estreptococo puede observarse orinas hematúricas (rojas) con deterioro incluso de la función renal, con "hinchazón de piernas" (edemas) que tras tratamiento antibiótico y curación de la amigdalitis, suele ceder la hematuria y recuperarse la función renal.
Si la infección es crónica (por ejemplo hepatitis C) puede mantenerse la actividad de la lesión renal y mantener mucha proteinuria y fallo renal, a veces progresivo. Cuando mejora la infección, también puede verse que mejora la función renal y la proteinuria.
El tratamiento de estas glomerulonefritis depende por un lado del tratamiento de la infección y por otro lado del tratamiento propio de las lesiones glomerulares.
En el caso de las glomerulonefritis asociadas a las hepatitis por virus C se deberá valorar instaurar tratamiento con los nuevos tratamientos antivirales de acción directa (sofosbuvir, daclatasvir...) para frenar la repercusión que tienen sobre la glomerulonefritis.
AMILOIDOSIS POR FIEBRE MEDITERRANEA FAMILIAR
La amiloidosis es una enfermedad en la que se depositan unas proteínas anómalas en forma de agregados formando fibras en los tejidos del organismo, fundamentalmente corazón, hígado, intestino y riñones. Sobre el glomérulo pueden depositarse de forma lenta y progresiva dando lugar a una amiloidosis renal. Al principio puede no dar síntomas, pero a la larga provocan lesión y surgirá la proteinuria y después el deterioro de función renal progresivo.
Cuando la amiloidosis es debida a enfermedades asociadas a la producción de inmunoglobulinas completas o como cadenas ligeras, suele encontrarse con frecuencia un mieloma en la médula ósea, que es un tumor de células plasmáticas. En estos casos se valorará poner tratamiento para el mieloma para así frenar la producción de amiloide y el daño sobre el riñón.
Cuando la amiloidosis está relacionada con una enfermedad inflamatoria como ocurre con la fiebre mediterránea familiar, se debe instaurar de forma temprana el tratamiento contra los mediadores de esta enfermedad, por ejemplo, con anakinra. Con este tratamiento se ha visto que la afectación renal puede frenarse e incluso observarse una reducción de la proteinuria hasta incluso su normalización.